Se cumplen 30 años del asesinato de Ruiz Massieu
Hace 30 años fue asesinado el líder del Partido Revolucionario Institucional José Francisco Ruiz Massieu al salir de un desayuno con los diputados electos del sector popular del PRI, encabezados por Mariano Palacios Alcocer. Ese 28 de septiembre de 1994 el fantasma de la desestabilización recorrió el país.
Apenas el año anterior había dejado la gubernatura de Guerrero, y, a finales de septiembre, apenas había transcurrido un mes desde que se habían realizado las elecciones federales en las que el candidato emergente priista, Ernesto Zedillo, había ganado la presidencia de la República. Era Ruiz Massieu, por tanto, un hombre triunfador, en cuyos discursos se anunciaba un propósito modernizador de la maquinaria del PRI.
Era abogado, llegó a dar clases en la UNAM, se interesaba por la administración pública, como era casi natural en los tiempos de la tecnocracia.
José Francisco Ruiz Massieu compartió sus ideas con 180 diputados recién electos, aquella mañana, en uno de los salones del hotel Casablanca, de los habituales para los eventos y actividades masivas del priismo de los últimos años del siglo XX.
Abandonó la reunión y salió a la calle de José María Lafragua. Él manejaría su automóvil. Ruiz Massieu se quitó el saco y abordó el vehículo. Todo era buen ánimo, conversaciones, despedidas. El dirigente del PRI se marchaba a seguir con su agenda del día.
En medio del barullo causado por la salida de los diputados, un muchacho flaco, moreno, caminando por debajo de la banqueta, se acercó al vehículo de José Francisco Ruiz Massieu y disparó en su contra.
A toda prisa, Ruiz Massieu fue llevado a una clínica. Pero era tarde. Se había desangrado, y menos de una hora después de que el tiro resonó en la calle Lafragua, estaba muerto. Tenía 48 años y una muy larga carrera por delante.